Como encontrar mi vocación - Pasos para descubrir tu talento en la vida

Como encontrar mi vocación

¿Alguna vez te has preguntado “cómo encontrar mi vocación” para potenciar tu talento?

Si son muchísimos los días en que te cuestionas lo que estás haciendo, en que te sientes deprimido, disgustado, apático, dolido o desesperanzado con la actividad que realizas diariamente, entonces, lo más probable es que necesites encontrar tu vocación.

Si los días pasan por tu vida como minuteros de reloj y estás como ausente en tu puesto de trabajo, seguramente necesitas renovar o replantear tu vocación. Si en tu puesto de trabajo haces todo tal como se te ha asignado y no sientes ningún impulso de hacer mucho más aunque no se te pida; si no te importa que las cosas no salgan perfectas o mejores porque “ya hice lo que me tocaba”, no estás viviendo tu vocación.

Finalmente, si disfrutas más revisar las aplicaciones de tu celular o enterarte de la vida de tus compañeros de trabajo y criticarla, entonces, es bueno que tomes unos minutitos para ti mismo y leas estas orientaciones que compartimos contigo. Todos esos síntomas te piden un cambio de dirección.

¿Cómo encontrar tu vocación?¿Cuál es mi vocación?

como encontrar mi vocación

La vocación es un estilo de vida y un estado de conciencia que te conduce, como dice Teófilo González Vila, a “actividades de especial excelencia intrínseca y a motivaciones moralmente elevadas, desinteresadas”. Dicho de otro modo: es una forma de vida basada en un llamado o en una voz interior que te conduce a realizar cosas por pasión y a aspirar a una mejor forma de ser porque eso te hace sentir muy bien, es decir, te autorrealiza.

Vocación no es, necesariamente, profesión

Un malentendido muy frecuente es que se suele confundir profesión y vocación. No siempre coinciden. De hecho, para muchos, la profesión o la actividad laboral que realizan diariamente no tiene nada que ver con la vocación o algún llamado especial, sino que es, por el contrario, algo que se realiza con la finalidad de tener dinero para, entonces, sí hacer las cosas que gustan en el tiempo libre o para pasar el tiempo de ocio anestesiados o atontados viendo televisión, enganchados en un videojuego o deambulando como espectros en las redes sociales. De este modo, se trabaja para huir del trabajo en las horas libres.

En estos casos, hay una ausencia total de sentido. No hay un proyecto de vida, nada que le dé significado a los días. Si ese es tu caso, pregúntate si quieres seguir siendo ese fantasma en tu trabajo y ese ser ocioso en tu casa, reduciendo la vida a “trabajar para tener dinero para poder volver mañana al trabajo”.

Si no quieres más eso, sigue leyendo para saber encontrar tu vocación.

Para otros la profesión o la faena diaria es, incluso, una carga que se lleva, que se aguanta porque hay que comer y pagar las cuentas…o porque ¡hay que mantener a unos hijos, a una familia! En estos casos, la jornada laboral es una cruz que permite sobrevivir o garantizar el bienestar material de los tuyos.

Es la parte insípida o mecánica de la vida que se ve compensada por otras cosas: el amor de una pareja o de un hijo, la compañía de los amigos, las experiencias de los viajes, un buen concierto, un buen libro.

Si este es tu caso, cabe que te preguntes si realmente no hay opciones para ti, si no será posible hacer de tus pasiones eso que te dará dinero, proyección y divertimiento. ¿Es imposible unir vocación y profesión? Pero tal vez no estás seguro de qué es una vocación y como encontrarla.

Hay quienes no saben decir si su profesión es su vocación, si forma parte de su proyecto de vida, si nace de su voz interior. Simplemente dicen que hacen su trabajo y que este les parece bien.

Pero en realidad, la vocación es como un orgasmo femenino o masculino: si lo has experimentado lo reconoces al instante. ¡Y no te parece simplemente “bien”! Por el contrario, ¡te parece magnífico, emocionante, apasionante! Por eso, los que viven su vocación, ¡se les nota!

Pasos para descubrir tu pasión o vocación

pasos para descubrir mi pasión

1. ¿Qué te gusta hacer?

Lo primero que, sin duda, te hará bien es preguntarte qué es lo que te gusta hacer. Haz una lista de placeres que incluya todas esas actividades que, al hacerlas, te brindan emoción, alegría, satisfacción, placer, diversión, gusto, intensidad, paz, sosiego, vibración, plenitud, ganas, empuje, regocijo o adrenalina. La lista puede referirse a cualquier tipo de acción, labor, actividad o función.

Haz memoria de esos momentos en tu vida y averigua qué es lo que te hace sentir especial, útil o simplemente bien contigo mismo. Esta lista de placeres hazla con esmero y sinceridad. Ponla por escrito. O dibújala.

También puedes grabarla en voz (por ejemplo en una nota de voz en tu celular o teléfono móvil). Como quieras, pero sácala de ti para que puedas verla u oírla “en frío” y sacarle el mayor provecho.

Seguidamente, con tu lista en la mano o al oído, pregúntate si tu vida gira en torno a las cosas que están en esa lista o si ellas sólo ocupan momentos marginales, fugaces o secundarios en tu día a día. Si tu caso es la última opción, sigue leyendo. Tal vez estas sugerencias que prosiguen te pueden servir de mucho para dar los próximos pasos.

2. Lo que la gente dice de ti

Una forma de complementar tu lista de los placeres es tantear y averiguar con tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, vecinos y conocidos qué cosas haces particularmente bien, esto es, cuáles son esas cosas que al hacerlas le añades ese plus, ese extra, ese toque especial que hace que salga mejor.

Ese “toque” puede ser cualquier cosa: que haces “eso” con mucha naturalidad, frescura, originalidad, con pasión, alegría, calidad, profundidad; que cuando lo haces cuidas los detalles o le das un giro inesperado. Oye a quienes te rodean. Observa cómo ellos reaccionan ante las cosas que haces y dices y allí tendrás muchas más pistas para esclarecer esa pregunta a veces tan recurrente: ¿para qué soy bueno?

Contrasta o completa tu lista de placeres con todas esas apreciaciones y observaciones que hayas recogido de tu gente. Llamemos a este segundo inventario lista de apreciaciones exteriores. Medita cada ítem, cada rubro, cada actividad y pregúntate: ¿Estas listas reflejan lo que quisiera ser?

3. ¿Qué ideas están continuamente en tu cabeza?

como encontrar mi talento

No es infrecuente que muchas personas fantaseen con muchas cosas que no hacen en su vida. Tampoco es inusual que muchos tengan la cabeza llena de pensamientos de miles de cosas que no han hecho o no hacen o, por lo menos, no como las piensan o imaginan.

Esto crea una brecha entre la realidad y el pensamiento, entre los hechos y la imaginación. Esa abertura o separación (a veces un verdadero abismo) produce dolor, frustración, confusión, resignación y desaliento. Las personas, en esos casos, llevan dos vidas: la de la mente y la de los hechos.

Si te ocurre esto, es importante que sepas que esa brecha puede superarse y sanarse en pro de una vida mejor. No tomes esas fantasías y pensamientos como escapes o cosas sin relevancia.

Todo lo contrario: son indicios, podríamos decir que hasta “voces” que te están pidiendo ser oídas. Son, en definitiva, pistas valiosas. Descúbrete a ti mismo justo cuando lo estés haciendo y toma nota de tus fantasías o de esos pensamientos repetitivos que parecen no querer abandonarte.

¿Es tan difícil cumplir tus pensamientos o fantasías? ¿No hay espacio en tu vida para ellos? Tal vez sólo se trate de crear las condiciones para que tu vida pueda recibir y concretar lo que imaginas y proyectas.

No obstante, puede resultarte cuesta arriba darle forma a esas condiciones si tienes miedo a convertir en un proyecto de vida tu lista de placeres, tu lista de apreciacivocación en la vidaones exteriores, tus imaginaciones y tus pensamientos recurrentes, que son, sin embargo, los verdaderos 4 alimentos de la vocación.

4. Miedo a la grandeza propia

Tranquilo, a muchos nos ocurre eso: tenemos miedo a sacar a la luz nuestra propia grandeza. No confiamos en ella. Nos aterroriza ejecutarla porque mientras sea una fantasía o una idea siempre será perfecta. En cambio, si la llevas a cabo puede estropearse, volverse imperfecta, incompleta y todo se complicaría.

Pero te tengo noticias: la vida no se detiene y al final cuando ya no estés, habrás sido simplemente una persona que quiso ser alguien y siempre fue otro, alguien que no tuvo la valentía de vivir. ¡Así que toma fuerzas, anímate y ve pensando ya cómo pondrás en práctica todo eso que llevas en tu interior!

Hay quienes temen hacer cambios drásticos en sus vidas; a otros les aterra el fracaso. Ya Epicteto, un filósofo griego antiguo, decía: “No hay que tener miedo de la pobreza, ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte, pero hay que tener miedo del propio miedo”.  Michel de Montaigne, ensayista francés renacentista, lo dijo de modo más simple: “El que teme padecer padece ya lo que teme”.

Nos adormecemos con la rutina, los deberes, las adicciones, las evasiones. Llenamos el día a día con miles de pequeños detalles repetitivos para silenciar nuestras vocaciones reales, nuestros potenciales. La vida es una sola: aprovéchala al máximo.

5. Preguntas sobre la vida para saber tu verdadera vocación

Habiendo meditado y comenzado a trabajar los 4 alimentos de la vocación arriba explicados, sigue explorándote para poder encontrar esa pasión. Y es que efectivamente para conseguirla tienes que conocerte a ti mismo lo mejor posible. He aquí una lista recomendada de posibles preguntas para precisar más tu vocación:

  • ¿Qué tipo de trabajo haría gratis?

Muchas veces hacemos cosas gratis fuera de nuestros empleos regulares y las hacemos sin retribución material en nuestro tiempo libre porque realmente disfrutamos hacerlo.

Participamos o nos ofrecemos como voluntarios en proyectos aunque no recibamos dinero, pero ¿qué tal si te pagaran por aquello que más disfrutas? Intenta visualizar qué actividades harías desinteresadamente.

Cuando se hacen las cosas sin esperar nada a cambio, se hacen con más calidad. Cuando haces algo con calidad, tu labor destaca. Si destacas, podrías recibir mejores retribuciones emocionales y materiales. Cuando eres bueno en algo, otros te recomiendan y eso te proyecta en tu entorno.

  • ¿Qué te ves haciendo en 10 o 20 años?

Si te ves realizando determinada labor a muy largo plazo todos los días de todas las semanas de todos los años, entonces eso es lo tuyo. Si sólo te ves realizándolo por un período específico o por poco tiempo, no es que debas descartarlo, pero se requiere ir más allá y buscar algo que dé sentido a tu vida.

Toda verdadera vocación es existencial. Tienes más probabilidades de éxito y satisfacción si la vocación que eliges es una vocación existencial, algo que tiene que ver con quién eres, con tus verdaderos potenciales.

  • ¿En qué tipo de personas estoy interesado?

Con frecuencia, cuando no desarrollamos nuestros talentos y capacidades, tendemos a proyectarlos en los demás; solemos buscar personas que cumplan en alguna medida lo que no hemos logrado en nosotros mismos. Así que fíjate bien qué tipo de personas admiras, te llaman la atención o te atraen:

Cantantes, periodistas, médicos, terapeutas, escritores, locutores, profesores, animadores, pintores, policías, enfermeros, astrólogos, gerentes, productores de alimentos, vendedores, gastrónomos, editores, publicistas, diseñadores, políticos, electricistas, asesores espirituales, entrenadores en alguna disciplina física, yoguis, economistas, etc. Cuando te des cuenta, entonces deja de buscar afuera lo que tienes dentro.

  • ¿Qué cosas me producen fascinación o asombro?
  • ¿Te llama la atención la manera en que las personas hablan, pronuncian, modulan?
  • ¿Tendrás entonces sensibilidad para ser terapeuta del lenguaje, locutor?
  • ¿Te encanta bailar y no puedes dejar de hacerlo o de verlo hacer?
  • ¿Estará en ti la vocación para ser instructor de baile, bailarín, profesor de expresión corporal?
  • ¿Te encanta escuchar historias, cuentos, chistes de cualquier tipo e, incluso, compartirlos?
  • ¿Quieres ser escritor, narrador oral, comediante?

La vocación está hecha de sensibilidades, de esos pequeños detalles que delatan para qué estamos hechos. No subestimes esas señales. Obsérvate a ti mismo y toma nota.

¿Qué libros leo? ¿Qué películas veo?

El tipo de libros y películas que te gustan podrían darte pistas para conocer tus aptitudes. Los gustos delatan nuestras inclinaciones. Las aficiones revelan nuestra personalidad. Entre más sepas de ti mismo, más fácilmente encontrarás tu pasión.

6. Mitos sobre cómo descubrir mi vocación y los talentos

vocación en la vida

Mucho se especula y se falsea acerca de cómo o por qué debemos elegir nuestra vocación. Ten cuidado con esos mitos. Pueden hacerte mucho daño. Aquí te señalamos algunos de los más comunes.

Mi vocación debe ser una sola

Mentira. Todos tendemos a ser multi-talentosos

Solemos tener más de una habilidad o capacidad. La idea es combinarlas e integrarlas en una o varias actividades cotidianas que nos reporten placer y beneficios.

La vocación debe ser fija o para siempre

Falso. Siéntete libre de cambiar de dirección o rumbo las veces que necesites. Los talentos se pueden expresar en actividades muy diversas, simultáneamente o sucesivamente. Puede haber períodos dominados por un talento y períodos donde otros talentos tuyos destaquen. No temas realizar cambios o volver sobre pasiones pasadas. Esos cambios son naturales porque todos, con el tiempo, cambiamos en muchos sentidos.

La vocación debe consistir en grandes cosas.

Totalmente falso. Cada quien nació con diversos talentos y todos son necesarios porque entre todos construimos comunidad. Ninguna función o labor es poco importante. Hay quienes, innecesariamente, se frustran porque se dan cuenta de que tienen talento para cosas que muchos desprecian o valoran poco.

Conducir un camión con comida, periódicos, libros o cualquier cosa es una labor necesaria, útil y que perfectamente puede ser satisfactoria para muchas personas. Otros tienen el don de saber tratar, cuidar y hacer crecer con plenitud a las plantas y disfrutan estar a la cabeza de un vivero.

Algunas personas sanan animales, a otros les fascina estudiar hormigas o fenómenos climáticos. Carnicero, reparador de electrodomésticos, corrector en un periódico, hacer el aseo en una institución pública, ser cantante de boleros, ser estilista, ser artesano o una secretaria en un laboratorio médico: todas las funciones son dignas. No te dejes presionar por tus amigos o conocidos. Haz lo que te haga feliz.

¿Cómo descubrir mi vocación y talento?

Hay una regla de oro muy fácil para eso: descubre tus talentos probando nuevas experiencias. ¡Sí!, haz ese curso de diseño de modas que siempre quisiste o de locución, de yoga, de coaching personal, de repostería o de cómo escribir guiones para cine que tanto te ha llamado la atención. Los talentos se descubren haciéndolos. Sólo la acción los revela.

El mismo Aristóteles, filósofo griego clásico, decía muy certeramente: “Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo.”  ¿Que tienes ya 40, 50, 60 años? ¿Qué importa eso? La vocación no tiene edad. Recuerda que se convierte en un estilo de vida que aprendes a capitalizar.

No des por concluido tu tiempo de aprendizaje y de cambio. Siempre tenemos nuevas “misiones” que cumplir. Por eso es que Richard Bach decía: “He aquí una prueba para verificar si tu misión en la Tierra ha concluido: si estás vivo, no ha concluido”. Así que no te excuses en tu edad, en que ya tienes hijos y estás casado y en que ya no hay tiempo. El tiempo es una experiencia interior. El verdadero tiempo no es el del reloj o el del calendario. ¡Despierta!

¿Mereces lo que sueñas?

Todos los sueños que son fieles a ti mismo, a tu esencia, a tu naturaleza, a tus talentos, son sueños verdaderos, sueños que te mereces.

En cambio, hay quienes tienen sueños de inmadurez, de evasión, sueños alimentados por el ego: quiero tener mucho dinero, ser famoso o prestigioso, vivir feliz sin hacer nada, vivir a costa de los demás, vivir la vida de otras personas.

Esos son sueños que funcionan como espejismos, como abismos. Descubre tu vocación y trabaja duro por tus sueños y hazlo desde tu vocación y tus talentos y, sin duda, todos los frutos serán merecidos.

¿Qué hacer cuando no sabes qué hacer?

Si aún así, te resulta sumamente difícil identificar y sacar a flote tu vocación y tus tesoros interiores, no te desesperes. Eso no tiene una edad específica y nunca caduca. Mantén la calma y el optimismo. Puedes recurrir, entonces, a algunos especialistas para recibir una orientación más profunda y específica. ¿Cuáles especialistas? Eso dependerá de tu personalidad, de tus afinidades e intereses.

Puede ser un psicólogo, un psicoterapeuta, un psicoanalista o un orientador de la conducta. Cerciórate de que sea alguien con experiencia. Las recomendaciones de conocidos no sobran en estos casos.

Asimismo, puedes recurrir a un asesor astrológico con experiencia comprobada o, incluso, a un orientador espiritual para pedir una segunda opinión. Siempre verifica credenciales y experiencia. No te pongas en manos de principiantes o charlatanes.

Finalmente, recuerda que más importante que las opiniones externas son tus propias intuiciones, experiencias y opiniones. El descubrimiento y desarrollo de tus talentos sólo dependen de ti. ¡Así que manos a la obra que te queda mucho por hacer! Ahora ta sabes cómo saber cúal es tu vocación!

Referencias

http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/empecemos-por-los-principios/2013-12-02/las-tres-preguntas-que-debes-hacerte-para-encontrar-tu-vocacion-vital_59563/

http://www.lmneuquen.com/trabajar-lo-que-no-te-gusta-atenta-contra-tu-salud-n529633

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